Cuál es la legislación de arrojar cenizas al mar?

Numerosas culturas y religiones del mundo usan como ritual funerario cremar a sus difuntos y esparcir las cenizas en diversos lugares. Desde La India hasta los actos mortuorios de Norteamérica y los aborígenes de Suramérica, pasando por algunas ramas del cristianismo, lanzar estas al mar se considera una manera romántica de honrar a los muertos y tenerlos siempre en la memoria.

Sin embargo, en España existe un marco regulatorio y legal sobre cómo debe hacerse el rito de arrojar cenizas al mar. No se trata de cremar al difunto y después, por cuenta propia, arrojar las cenizas al mar. Hay que cumplir con una serie de pasos y trámites que se describen a continuación.

Requisitos legales para arrojar cenizas al mar en España

A nadie se le permite llevar las cenizas de su ser querido a la orilla y dispersarlas allí. También está prohibido fletar un barco por cuenta propia y hacerlo en el mar o sumergir la urna funeraria en el puerto. Sin embargo, hay compañías acreditadas para hacer que los deudos puedan esparcir las cenizas de sus seres amados en el mar Mediterráneo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que un barco debe salir a alta mar desde el muelle o puerto autorizado por las autoridades para tal fin. En las diversas ciudades costeras españolas los hay. Para prestar este servicio hay que buscar empresas especializadas que cumplan todas las leyes y licencias.

Solo se puede sumergir una urna funeraria que debe estar compuesta por materiales biodegradables y esta debe cumplir con todas las garantías legales y medioambientales. Al estar compuestas por elementos orgánicos que se descomponen de forma natural, estas vasijas se reintegran en el entorno donde se dejan. La embarcación tiene que estar (por ley) a una distancia mínima de tres kilómetros de la costa.

Muchos particulares en España optaron por realizar un funeral que incluye lanzar las cenizas de sus seres queridos fallecidos al mar. Pero, debido a la introducción de nueva una legislación de protección del medio ambiente, este escenario evolucionó con el tiempo.

Así, en España, ahora es posible obtener una sanción de hasta 750 euros por el gesto simbólico de arrojar las cenizas al mar desde un barco, desde la orilla o de un acantilado.

Sin embargo, sigue existiendo la opción legítima de hacerlo. Esta singular despedida debe realizarse, por exigencia de la normativa, con el permiso de la Dirección General de la Marina Mercante o de DGMM y del Ministerio de Fomento u organismo competente de la comunidad autónoma correspondiente.

Esta legislación medioambiental es bastante estricta con las licencias, llevar a cabo esta operación por cuenta propia es muy difícil y causal de penalidades. La buena noticia para los familiares es que, existen numerosas funerarias con licencia que pueden prestar este servicio de forma totalmente legal y segura.

En estos casos, las empresas ofrecen una urna biodegradable certificada y cuentan con los permisos de ley y también con las embarcaciones con su tripulación que se alejan como es debido de las costas.

Todo esto para preservar el medio ambiente y dejar un legado emocionante y respetuoso de los allegados que desean este ritual para sus personas amadas.

Ahora que ya se sabe cómo honrar los últimos deseos de los seres más queridos, no se tiene por qué dejar de hacer reposar las cenizas de los difuntos en las zonas concretas en las que vivieron felices o donde designaron tener como última morada.

De hecho, es posible hacerlo de un modo que sea a la vez responsable con el medio ambiente, sostenible y con las más sinceras condolencias y respeto hacia el fallecido. Esta forma de actuar, que es ética y lícita, encierra un final poético en el que se vuelve al mundo natural y se puede regresar para siempre a los lugares amados.

Ahora bien, ¿por qué la legislación es tan estricta en España con respecto a tirar las cenizas al mar? En realidad, las cenizas en sí no son para nada el problema, pues se trata, al fin y al cabo, de componentes orgánicos.

España cuenta con leyes de protección del medio ambiente que imponen restricciones muy estrictas a este tipo de acciones por las urnas. Es crucial conocer a fondo las leyes de la CCAA donde se viva porque su aplicación depende a menudo de la autonomía de estas. Los principales objetivos de estas normativas son proteger la vida marina y reducir la contaminación de los océanos.

Algunas sustancias de las urnas, como determinados materiales, metales, los colores o pigmentos de algunas pinturas, o algunos derivados de la celulosa, la madera tratada o sintéticos de estas, producen residuos altamente tóxicos para el agua que no son biodegradables.

Por otro lado, si la última morada de las cenizas se encuentra en el fondo del mar, hay que extremar las precauciones a la hora de elegir el tipo de contenedor. Aunque algunos materiales, como el metal o el plástico de algunas urnas, pueden, sin embargo, verter partículas tóxicas como diminutos trozos de sintéticos que alteran gravemente el hábitat marino.

Procedimiento para arrojar cenizas al mar en España

El procedimiento, salvo lo estipulado por la ley (urna biodegradable y mínimo a 3 kilómetros de la costa) estará determinado por el tipo de ceremonia que se contrate.

Por lo general, se acuerda con la empresa encargada la hora y fecha con al menos 72 horas de antelación. Hay que llegar a la empresa o esta designa un coche para los deudos que los recogen donde se indique.

De allí se lleva al muelle autorizados y se embarca en un yate de lujo de unos 15 metros de eslora y a partir de allí se inicia el recorrido de los tres kilómetros en la dirección que indiquen los familiares.

La ceremonia puede ser religiosa o no, dependiendo de lo que deseen los deudos o lo que haya estipulado el o la difunta. Se puede acompañar con música, servicio de catering y, por supuesto, los aspectos técnicos como tripulantes, capitán, carta náutica o más. 

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